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Amparo Batanero

Amparo Batanero

Se marchó de España con sólo 4 años, por lo que no prácticamente no guarda recuerdos del país en que nació.

Junto a sus hermanos fue acogida en México, formando parte del grupo de los “niños de Morelia”. Afortunadamente, los Batanero pudieron permanecer unidos en aquellos difíciles momentos y mantuvieron siempre la idea de familia.

Todos hicieron sus vidas en el país de acogida. Amparo se casó con otro “niño de Morelia” y tuvieron varios hijos. Aunque adora España considera que México, donde pasó tantas cosas e hizo tantos amigos, es su casa.

La Infancia

Amparo Batanero nació en Madrid el 18 de noviembre de 1931. Fue la quinta de 6 hermanos, 2 chicos y 2 chicas mayores y una hermana menor.

Su padre era mecánico y trabajaba como chofer al servicio de la familia propietaria de la empresa Ginés Navarro.

Amparo pasó en el hogar familiar apenas los primeros cuatro años de su vida, por lo que sus recuerdos sobre el mismo son más bien escasos, y las referencias que tiene son en su mayor parte fruto de los relatos que posteriormente compartieron con ella sus hermanos.

Recuerdos (19 seg.)

Donde nosotros vivíamos no había ni metro siquiera

” 

La escuela

Amparo nunca llegó a asistir al colegio en Madrid. Sus recuerdos al respecto se refieren a sus hermanos mayores: Rogelio, Pepita, Lucía y Miguel que asistían a colegios dirigidos por órdenes religiosas.

 

Ellas iban a un colegio de monjas y mis hermanos iban a un colegio de curas

Mi madre nos atiborraba de pan y caldito

La Guerra

Muchos de los recuerdos de la guerra también son fruto de lo que sus hermanos le contaron. Como la participación de sus familiares en la contienda. Tanto su padre como sus tíos maternos y paternos combatieron en defensa de la Républica. 

Uno de los pocos recuerdos que Amparo conserva es el ulular de las sirenas que alertaban de los bombardeos. Tampoco los refugios olvidan el silbido de las bombas al caer. 

Durante los bombardeos, la madre de los Batanero los hacía correr Paseo de Extremadura abajo para refugiarse en los alcantarillados que llegaban al río Manzanares, situado muy cerca del hogar familiar. 

Cuando el desabastecimiento se convirtió en un grave problema, la madre de Amparo, como hicieran otros madrileños, encomendó sus cuatro hijos mayores al cuidado de varios amigos que vivían en pueblos de Valencia, quedándose solo con las 2 hijas menores. Amparo y Angelines. 

 

Mi padre estuvo en el frente desde el primer día hasta que acabó la guerra

Me asusté al ver tanta agua y peces que volaban siguiendo el barco

El Viaje

Ante el empeoramiento de la situación, la madre de Amparo decidió enviar a sus hijos mayores a Francia. Acompañada de sus hijas menores, los recogió del campo y los llevó a Valencia. Al despedirlos en el tren, el hermano mayor Rogelio para despedirse de Amparo la cogió por la ventanilla, la introdujo en el tren y la llevó con ellos.

Mi hermano mayor me cogió de la cintura y dijo: Amparito se viene con nosotros

Despedida (39 seg.)

Mexique (13 seg.)

Amparo llegó el 10 de junio a Morelia, en el estado de Michoacán, donde una multitud de personas les dio la bienvenida. El grupo fue alojado en dos antiguos seminarios, ahora transformados en colegios para niños y niñas con el nombre de Escuela Industrial «España-México».

La acogida

Amparo se refugió en sus hermanos y se integró pronto entre los compañeros más jóvenes, pero le costó acostumbrarse a la comida. La felicidad duró poco. El año siguiente Pepita, que había asumido el rol materno, fue enviada a un convento y Rogelio a estudiar a 700 km de Morelia. Aunque Lucía se quedó al cargó de ella y de Miguel, Amparo comprendió que tendría que aprender a valerse por sí misma.

Uno de los momentos que no olvida era el reparto de correo en el colegio. En todos los años que pasó allí Amparo sólo recibió una carta de su madre. En ella le pedía que fuera buena y le explicaba que había tenido una nueva hija, una noticia que no le sentó muy bien.

El General Cárdenas les protegió incluso después de su mandato. Aunque el gobierno mexicano cerró la escuela, medió para la creación de las casas-hogar, en las que se refugiaron los niños. Amparo fue recogida por una familia de Puebla. Así consiguió terminar la educación primaria. Con 15 años comenzó a trabajar y conoció a su marido con el que se casó 2 años después. Ambos se dedicaron al negocio familiar: la panadería.

 

La acogida

Amparo llegó el 10 de junio a Morelia, en el estado de Michoacán, donde una multitud de personas les dio la bienvenida. El grupo fue alojado en dos antiguos seminarios, ahora transformados en colegios para niños y niñas con el nombre de Escuela Industrial «España-México».

Amparo se refugió en sus hermanos y se integró pronto entre los compañeros más jóvenes, pero le costó acostumbrarse a la comida. La felicidad duró poco. El año siguiente Pepita, que había asumido el rol materno, fue enviada a un convento y Rogelio a estudiar a 700 km de Morelia. Aunque Lucía se quedó al cargó de ella y de Miguel, Amparo comprendió que tendría que aprender a valerse por sí misma.

Uno de los momentos que no olvida era el reparto de correo en el colegio. En todos los años que pasó allí Amparo sólo recibió una carta de su madre. En ella le pedía que fuera buena y le explicaba que había tenido una nueva hija, una noticia que no le sentó muy bien.

El General Cárdenas les protegió incluso después de su mandato. Aunque el gobierno mexicano cerró la escuela, medió para la creación de las casas-hogar, en las que se refugiaron los niños. Amparo fue recogida por una familia de Puebla. Así consiguió terminar la educación primaria. Con 15 años comenzó a trabajar y conoció a su marido con el que se casó 2 años después. Ambos se dedicaron al negocio familiar: la panadería.

 

El General Cárdenas nos visitó varias veces. Indalecio Prieto estuvo en Morelia y ni siquiera se acercó al colegio

Tanta gente, tantos gritos, todo el mundo nos quería tocar, besar, lloraban de alegría. Yo me sentía asustada…

Yo estaba acostumbrada a jugar con mis primos y ahora vivía en un lugar desconocido con 480 niños

Me costó acostumbrarme a carecer de todo, sobre todo de cariño

Bienvenida (25 seg.)

Compañeros (13 seg.)

Cartas de su madre (25 seg.)

La vuelta a España

El padre de Amparo se marchó a vivir con ella a México en 1950, pero tanto ella, que anhelaba conocer a su hermana, como su marido deseaban volver a España. Lo hicieron por primera vez mayo de 1960, acompañados de Lucía y su esposo. Volaron desde México a París y de ahí a Madrid. En Barajas los esperaba su madre y su hermana.

Tras reencontrarse con su familia en Madrid, Amparo viajó a Galicia para conocer a la de su marido. Pasaron tres meses recorriendo España y disfrutaron conociendo su país de nacimiento. Tanto es así que estuvieron tentados de vender su negocio en México y trasladarse a España.

En la actualidad, Amparo vive en México rodeada de su familia y amigos. Todavía hay muchos que la conocen como “la españolita”. Disfruta especialmente de su encuentro anual con el resto de los niños de Morelia. Y no olvida todo lo que el general Cárdenas hizo por ellos.

Conocer a su hermana (42 seg.)

Cuando voy a España lo paso bien pero después de un tiempo ya quiero volver a casa