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Paco Mansilla

Paco Mansilla

Paco Mansilla no fue enviado a Rusia por sus padres. Las circunstancias quisieron que fuera evacuado de urgencia de la guardería madrileña donde se encontraba acogido. De allí pasó a Levante y finalmente a Rusia donde ha pasado la mayor parte de su vida.

Desde los diez años, Paco creció en diversas ciudades donde, siempre con sus compañeros españoles, se educó pero también trabajó, sobre todo durante la II Guerra Mundial.

Finalmente Paco completó sus estudios de Perito Agrónomo y se casó. En la actualidad está jubilado y es presidente del Centro Español en Moscú donde se reúne con los compañeros que todavía viven en la ciudad.

La Infancia

Paco Mansilla nació en Madrid el año 1926. Su padre trabajaba como escribiente en el Banco Hispano Americano y disfrutaba de buena situación económica. Paco recuerda que el alquiler del piso familiar superaba las 120 pesetas.

Con la crisis de los años 30, el padre perdió su empleo, y aunque consiguió algunos trabajos eventuales sus ingresos apenas bastaban para alimentar a la familia. La situación se agravó hasta llegar a ser desalojados por impago.

Entre sus recuerdos de infancia, están las lavativas de los sábados, que su madre aplicaba para paliar los efectos de las legumbres, las temporadas pasadas con los abuelos en Peñafiel, cuando ya ni para legumbres había y las Navidades con turrón y pavo, pero sin zapatos en las ventanas porque ya sabían que no había para regalos.

Para poder vivir empeñamos la máquina de coser. Mi madre lloraba cuando no pudo recobrarla y la perdió

” 

La escuela

Paco asistió primero al parvulario del colegio Nuestra Señora de la Paloma, situado en la calle Conde de Peñalver, muy cerca de su casa. Allí almorzaba y merendaba, lo que resultaba un alivio para la economía doméstica.

Sin embargo, sus compañeros habituales de Juegos eran los niños que se reuníana jugar en las Vistillas. Paco recuerda su generosidad, le dejaban jugar con sus juguetes y así aprendió a montar en bicicleta.

Como sus padres eran ateos, Paco recibió una formación laica en las escuelas públicas de la República. El acercarse a la Iglesia para asistir gratis al cine le costó más de un disgusto con su padre.

Del parvulario pasó al edificio de enfrente que había sido la casa de un Duque. Allí ya no les ofrecían comida, por lo que Paco se acostumbró a hacer cola con sus cazuelas en cuarteles y conventos para llevar a casa algún potaje. Paco recuerda el más frecuente: garbanzos con coles.

Allí nos daban de comer gratis, aquello fue una salvación para mi familia

Mi padre se enteraba y me pegaba una paliza para que no fuera más con los curas

Salí a la calle y empezó un tiroteo del lado del Palacio Real

Por primera vez me separaba de mis hermanos y de mi madre

La guerra

Paco recuerda que un día su madre le pidió que fuera al lechero. Al salir a la calle oyó un tiroteo y llegó asustado a la lechería. Allí, además de fiarle un litro de leche le explicaron que el Cuartel de la Montaña se había sublevado.

El tiroteo duró mucho tiempo. Aparecieron hombres con fusiles por la Ronda de Segovia y la muchedumbre volcó un tranvía para cortar el paso a cualquiera que quisiera apoyar la sublevación. La Guerra Civil comenzó ante sus ojos.

Su padre, de firmes convicciones republicanas se alistó enseguida. Su posición en el ejército le permitió hacer llegar a su familia conservas y otros alimentos, pero cuando la situación empeoró, su madre decidió que había que tomar una medida más drástica.

El gobierno republicano le ofreció la posibilidad de ingresar a uno de los niños en una guardería en la que sería protegido, alimentado y vestido. Una comisión eligió a Paco entre los 5 hermanos, por ser el más débil y más necesitado. Así que fue trasladado a un centro situado en Puerta de Hierro.

Al principio, Paco disfrutó de la guardería. Recuerda que la comida era abundante con lo que por fin dejó de tener hambre. Tampoco olvida que había un gramófono. Una de sus canciones le acompañó en los duros momentos que vendrían: “se va la barca con el pescador y en esa barca se va mi amor…”

Guerra (48 seg.)

Entusiasmo (486seg.)

Refugios (48 seg.)

Mi padre se fue al frente y mi madre se quedó con los cinco chiquillos

Nunca he comido un chocolate tan rico como aquel

El Viaje

Los sublevados se acercaban a Madrid y pronto avanzaron hasta Puerta de Hierro. Paco y el resto de los niños fueron evacuados de urgencia en unos autobuses que los llevaron a Palma de Gandía. Allí se alojaron en una finca donde continuaron recibiendo clases. Paco recuerda las guerras de naranjas y el pan con chocolate del desayuno.

Pero la guerra continuaba y el gobierno republicano decidió enviarles a Rusia. De modo que se los trasladó al Cabo de palos donde se embarcaron para Odessa. La travesía la hicieron en un barco mercante. La travesía fué tranquila y los niños se divertían jugando a la rana.

Paco recuerda cómo celebraron las pascuas por primera vez, con un bollo con huevo cocido. El responsable ruso de la expedición se encariñó con Paco y le ofreció la posibilidad de adoptarloal llegar a Odessa. Pero él se negó para no separase del resto de niños españoles.

Anuncio (53 seg.)

Paciencia(35 seg.)

Yo no me conformé, no quería separarme de mis amigos que para mí eran el último pedazo de mi Patria

Vieja Fabrica (42 seg.)

Actuaciones (47 seg.)

Milicianos (61 seg.)

Paco y sus compañeros desembarcaron finalmente en Yalta, donde los recibió una multitud con flores y dulces. Los instalaron en Suk-su, en un palacio que había sido residencia de descanso de los zares cerca del campamento de pioneros de Artek.

Pronto los niños se convirtieron en pioneros y se integraron en las actividades del campamento. Paco fue elegido representante del consejo –soviet- responsable de las actividades de su grupo. Allí pasaron los 6 primeros meses en Rusia.

La acogida

Más tarde fueron trasladados a Moscú e instalados en la casa de niños nº7. allí vivían y trabajaban en el taller del sótano. Estudiaban en el piso bajo de un colegio ruso cercano con educadores españoles. Paco recibió en ella la última carta de su hermano desde Francia comunicándole que volvían a España.

Los niños crecieron y se crearon las casas de jóvenes. Pero con el ataque nazi a Rusia, la situación cambió. Algunos niños incluso fueron llevados a trabajar a las fábricas bélicas de Saratov. Algo que más tarde no sería posible, porque una vez terminados sus estudios los españoles no podrían trabajar en ninguna fábrica que tuviese carácter militar.

La acogida

Paco y sus compañeros desembarcaron finalmente en Yalta, donde los recibió una multitud con flores y dulces. Los instalaron en Suk-su, en un palacio que había sido residencia de descanso de los zares cerca del campamento de pioneros de Artek.

Pronto los niños se convirtieron en pioneros y se integraron en las actividades del campamento. Paco fue elegido representante del consejo –soviet- responsable de las actividades de su grupo. Allí pasaron los 6 primeros meses en Rusia.

Más tarde fueron trasladados a Moscú e instalados en la casa de niños nº7. allí vivían y trabajaban en el taller del sótano. Estudiaban en el piso bajo de un colegio ruso cercano con educadores españoles. Paco recibió en ella la última carta de su hermano desde Francia comunicándole que volvían a España.

Los niños crecieron y se crearon las casas de jóvenes. Pero con el ataque nazi a Rusia, la situación cambió. Algunos niños incluso fueron llevados a trabajar a las fábricas bélicas de Saratov. Algo que más tarde no sería posible, porque una vez terminados sus estudios los españoles no podrían trabajar en ninguna fábrica que tuviese carácter militar.

Bajamos del barco con el puño en alto

En Saratov me tocó trabajar en una prensa fabricando tanques para el petróleo de los aviones…

La vuelta a España

Durante muchos años, Paco sólo pudo intercambiar correspondencia través de un amigo francés que conoció en las fiestas de las juventudes. El mismo que en el año 61 le invitó a Francia donde organizó un reencuentro con sus padres.

Paco no pudo volver a Madrid hasta el año 72. Su madre ya había fallecido pero su padre y sus hermanos le recibieron en la estación. Le faltó tiempo para volver a recordar los lugares de su infancia que había recreado en su cabeza durante tantos años. 

Paco volvió varias veces a España con su mujer y disfrutó del cariño de sus hermanos. Aunque está muy agradecido a Rusia, confiesa que le gustaría volver a España, pero que no lo hace porque en Moscú se siente cuidado por su hijo y su esposa.

España (27 seg.)

Decisiones (61 seg.)

Memoria histórica (57 seg.)

Yo tenía cartas con ellos a través de Francia

Mi mujer la primera vez que entró en una tienda de comestibles se puso a llorar

Cuando me echaba a dormir pensaba en esas calles